(*) El artículo
pertenece a Ideas y Sugerencias para la Fundación de la Cuarta República y fue presentado en septiembre de 2001 al ex
presidente De la Rúa.
¿Presidencialismo o
parlamentarismo?
Es un secreto a voces que en diversos ámbitos sociales y
políticos se especule con la posible renuncia del presidente (De la Rúa),
arrastrado por la depresión. Es frecuente
escuchar frases de dirigentes que opinan que "empezó a contarse el
tiempo de descuento del Presidente", “el presidente está desgastado”,
otros reclaman que se necesita un “presidente legitimado" (recordar que
había perdido estrepitosamente las elecciones parlamentarías), y que “hay que
hacer valer el peso de los votos", insinúa la oposición, entre otras
manifestaciones en el mismo sentido.
Resulta evidente que los problemas que atraviesa la
sociedad, el desacuerdo generalizado en la forma de gobernar del presidente,
los intereses contrapuestos de los grupos de opinión, y especialmente el cambio
en la relación de las fuerzas parlamentarias, no facilita los acuerdos
necesarios que requiere la hora actual.
Pero hay algo superior y que complica la ya difícil
situación político institucional, y es la rigidez del actual sistema de
gobierno, definido como presidencialista puro.
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