Ninguna nación salió de las
consecuencias de una catástrofe sin la asistencia internacional. En 2008 la
crisis bancaria en USA llevo a la FED a rescatar a la banca. En Europa, Grecia, Irlanda, Portugal y España tuvieron que ser “rescatadas” por la UE. La
situación social, económica, y de toda
índole que sufre la Argentina se corresponde con circunstancias semejantes a la
de una guerra, catástrofe o devastación.
Estoy observando con preocupación
que las propuestas mediante las cuales se pretende evitar que la Argentina
detenga su inevitable detonación y resurja de las cenizas son mera utopías.
Déficit cero fiscal y financiero en 365 días,
limpieza de balances, estabilización de las variables económicas, mantenimiento
del orden social y más y más, todo ello sin recursos monetarios extraordinarios
es una utopía.
El Presidente hablo en campaña de
compromisos de un banco americano, y de fondos de Inversión que harían un
aporte de Dólares importante vía compra de deuda Soberana, y “dinero fresco”;
no ocurrió aun.
Si analizamos como se está
comportado el Riesgo País, el camino que está tomando la brecha cambia, que la
demanda de pesos es la más baja historia, (no menciono la inflación por
considérala aun un efecto arrastre) vemos que el programa no va bien. Y es que
pretender resolver todo ese marasmo con solo una compleja ingeniería financiera
de dudoso éxito, me lleva a pensar que es
eso lo que el mercado está viendo con desconfianza, no estaría viendo el éxito
del programa.
El desastre en el que esta
sumergida la Argentina no tiene viabilidad solo con buenas intenciones, que no
duda las hay, ni con la retórica de teorías académicas o la “ingeniería
financiera” como madre de todas las batallas. El Shock de confianza no ha funcionado,
los Dólares que se esperaban no están, si esto sigue así, el desfallecimiento
es inevitable.